María Antonieta es más que un local donde se come rico. Es una usina de lindos momentos que nacieron con un negocio de cupcakes, pintado de rosado y repleto de propuestas de cafetería. Hoy podemos desayunar, almorzar y merendar, con una clara evolución de los productos pero, en esencia, las propietarias maduraron en el proyecto.Cuentan con dos locales (en las zonas norte y sur) y la posibilidad de comercializar franquicias.
Inés y Rosario Mamblona son hermanas y comenzaron con la idea de generar un proyecto novedoso en Córdoba: tras la inspiración de sus vivencias en Nueva York y la fuerte presencia de los cupcakes como ‘objetos de deseo’ presentaron María Antonieta, que tenían en vista a partir de series como Sex and the city.
¿Cómo empezaron?
Fue en 2009, desde nuestra casa. Probamos recetas mientras trabajábamos en agencias de publicidad (una es diseñadora y otra comunicadora). Renunciamos a nuestros empleos para ponerle energía a este proyecto en el cual creíamos. Pero descubrir la receta perfecta no fue el final sino el inicio, ya que debimos seducir al público cordobés para que conozca la pastelería americana.
¿Qué vino luego?
¡Una nueva socia! Conocimos a la persona que completó el equipo, que es Valentina Bentancourt, la chef que fortaleció con sabores el universo de María Antonieta.
¿Recuerdan el momento que María Antonieta creció en escala?
Si bien el crecimiento fue siempre constante, el momento de escalabilidad más concreta fue la apertura del segundo local, en barrio Jardín, que abrimos hace dos años. Lo más complejo fue armar manuales de operaciones y procesos para que los productos y la atención sean exactamente iguales en todas las zonas.
¿Qué las llevó a armar un espacio donde se muestran productos de otras emprendedoras locales?
Nos ponemos del lado de las mujeres que recién comienzan y sabemos el trabajo que significa desarrollar una firma. Trabajamos mucho con emprendedoras locales, y a algunas las presentamos en nuestro local del Cerro de las Rosas. “Cada paso que dimos fue con peso. Siempre fuimos cautas y no vamos improvisando. Sabemos los enfoques de cada área y estamos en constante movimiento”.
¿A qué atribuyen el éxito de la marca?
Al alma emprendedora que tenemos. Seguimos generando propuestas nuevas. Así como fuimos pioneras en catering personalizado en Córdoba, hoy sumamos recetas nutricionales, mejoramos las estéticas y respondemos a las tendencias internacionales.
Eso significa que no se quedan quietas… ¡Jamás! Elaboramos panes propios, pensamos platos saludables, elaboramos recetas propias y mejoramos la experiencia de cada cliente.
¿Seguirá siendo el cupcake la receta icónica?
El cupcake es nuestro producto insignia y lo honraremos siempre; eso seguirá más allá de cualquier evolución.
Cómo ser un power trío y celebrar en el intento
Las tres socias de María Antonieta llevan el trabajo en consonancia con sus vidas personales. En ese equipo, el sostén de cada una son las otras dos. Ellas no juegan a ser emprendedoras y lo vienen demostrando con una década exitosa. “A esta altura, todos comprenden lo profesionales que somos y lo que somos como marca. Somos estratégicas, además de amigas y amantes de nuestro propio producto”, dicen las tres orgullosas.
¿Este es un trabajo ‘full life’?
Claro que sí. Amamos a María Antonieta y hablamos 24/7 del proyecto. Es un trabajo full life como cualquier proyecto propio.
¿Llevan bien la sociedad?
Nos llevamos excelente y tenemos la costumbre de celebrar los logros. Ser mujeres nos requirió mucha cabeza, esfuerzo y pasión. Cuesta ser emprendedora en Argentina.
Pero hoy son recompensadas, ¿no es así?
Sí, de a poco el contexto va cambiando y nos suceden cosas como el reconocimiento de Banco Santander, que nos eligió como emprendedoras de Córdoba. Es algo que agradecemos.